lunes, 17 de abril de 2017

Una de las historias más divertidas que me han pasado como guía oficial

Hoy he aprovechado mi tercer dia de descanso del mes para descansar y mientras estaba organizando documentos de agencias que ya no necesitaba me he acordado de una de las historias más divertidas que me pasaron en los ultimos 9 años o sea desde que soy guía oficial.

Cuando empezé a trabajar acompañaba a muchisimos grupos de cruceros, tenía pocos grupos al início me faltaba nombre entre agencias y como en los barcos necesitaban siempre de guías oficiales para las excursiones y yo ya trabajaba con italiano, inglés, alemán, español y portugués me llamaban un montón de veces. He conocido a gente muy buena que me ha ayudado a crecer profisionalmente. Todavía me contactan todos los años pero con lo trabajo que me marcan otras agencias ya no me es posible aceptar. Quizás en 2018.. veremos

Pero bueno la historia es la siguiente, me marcaron un recorrido de mañana bilingue italiano alemán: un tipico programa de crucero con panoramica y recorrido a pie visitando la iglesia de San Roque. Todo salió perfecto aunque con dos idiomas sea siempre más complicado pues no queremos enfadar una nacionalidad mientras espera por la explicación en su idioma. Al regresar al navio entregué toda la documentación a las agentes de viajes y pregunté donde estaba el shuttle que llevaba los turistas que no habían pagado excursiones desde el cais/muelle hasta el centro de la ciudad.. Me han dicho que sería un bus que estaba aparcado a unos cien metros y ahí fui tranquilamente. Al llegar pregunto "es este el shuttle?" y me miran con unos ojos gigantes y me dicen "tu hablas italiano verdad??? Es que nos equivocamos y este grupo es italiano francés y no alemán francés y la guia no habla italiano"... en pocos segundos pasé de super tranquilo una vez que me iba a casa descansar a tener que trabajar junto con una colega llamada Catia Garcia que por señal es una excelente profesinal y super divertida. Antes de empezar uno de los agentes de viajes fue a correr comprarme un prego (bistec en el pan, que lujo!) y empezó la aventura... Por que aventura.. por que yo no hablaba frances ni ella italiano y nuestras explicaciones tenian que coincidir en el micro.

La verdad es que fue algo fuera de lo común pero al final los clientes salieron satisfechos y eso es lo importante

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